Hoy esta sociedad de consumo, consuma el día de los enamorados... como si mañana fuera a cambiar así subitamente o si ayer fuera distinto.
Como si lo que te dije el año pasado o un montón de años atrás, fuera a cambiar en algo.
¿Y sabés? las cuenta las dejo para vos, esa precisión ficticia como si puediéramos medir la cantidad de amor.
Si pudiéramos contar las horas de amistad, de charlas, de caminar y chatear... ¿Eso realmente mide algo?
Y si no podemos matematizarlo plenamente, ¿podremos convertirlo en mercancía realmente?
Cuando lo real es el ser que vamos construyendo día a día, al existir vamos haciéndonos, vamos siendo...
Y para hacer, construir, edificar... hay que tener un plan, un proyecto, una idea, un sueño... una coincidencia desde donde lanzarse, una mesa donde tirar los dados. Y jugarse.
El ajedrez de la vida tiene un azar dado por el compañero necesario para ganar. Si tienes un contrincante... al final se pierde y no gozastes más que si hubieras jugáaso con un compañero.
Te pido la mano para ir a jugar.
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